Febrero 2014 l Para niños y en Familia

Hace años cuando asistí a mi primera clase de Yoga, no tuve que viajar a lugares lejanos, fue muy cerca, en el Polideportivo José Caballero de Alcobendas, ciudad que es sin duda la Capital del Yoga en España. No solo por la cantidad de practicantes que hay sino también por la sensibilidad que siempre ha existido por parte del Ayuntamiento y, cómo no, al buen trabajo de las escuelas de Yoga que imparten esta Practica milenaria en la localidad.

Por circunstancias que no vienen al caso, hace unas semana, tuve que sustituir a un compañero en las Clases de Yoga en Familia que junto al Yoga para niños, se ofrecen en el Polideportivo citado, y vino a mi mente lo siguiente:

Cuando tuve mi primer contacto con el Yoga quede impactado, out que diríamos ahora. Yo, que soy una persona observadora de la vida, ávida por aprender, inquieta,… ¿Cómo había podido perderme eso del Yoga?.
En apenas noventa minutos: unas palabras, unos estiramientos, respiraciones, asanas y 10 minutos de relajación, el que después fue y es mi Maestro, me hizo ver que la vida es algo más que cosas que hacer, objetivos que cumplir, “guerras” que ganar o “territorios” que conquistar; La vida es, sencillamente, aprovechar satisfactoriamente los momentos que nos son dados, sin pedirnos nada a cambio, sin que tengamos que pagar por ellos: gratis total.

Y ahí estaba el problema, y en consecuencia, el reto que yo necesitaba: “Tengo que aprender a disfrutar de esos momentos, a vivir de otra mañera”, porque hasta ese instante: centros educativos, academias, familia,… nadie me había enseñado a utilizar esas herramientas naturales: El cuerpo, la mente y las emociones, y eso era imprescindible para aprovechar la “oferta” de la vida: Momentos gratis, uno tras otro hasta el final de mis días.

Quizás sería injusto decir que es ahora, más que nunca, cuando a los padres se ocupan del bienestar de los niños, pero no deja de ser cierto que los avances de la sociedad, un menor número de hijos por familia (1,36 en 2011) y otros muchos motivos, hacen que nuestros hijos gocen de una mayor atención en su formación no solo escolar sino también extra-escolar. A veces, y tengo que decirlo, de manera estresante para niños y Padres que, como si fuera una carrera, se entregan a múltiples actividades: culturales, deportivas, lúdicas,… ¡un autentico frenesí!

Yo tuve que esperar media vida, incluso que la casualidad se cruzará en ella para descubrir el Yoga, pero, afortunadamente esto ha cambiado. La práctica de esta actividad milenaria: el Yoga, que tan buenos efectos tiene en los adultos, está calando en la sociedad y ya está al alcance de nuestros pequeños en clases con contenidos y dinámicas de aprendizaje especialmente pensadas para ellos.

Es más, también se comparte el Yoga en la familia, en casa y en clases donde Padres e hijos practican juntos esta actividad que enseña muchas cosas, pero, especialmente a vivir en consciencia y equilibrio, saboreando la vida en lugar de de tragarla sin degustarla.

El titulo de esta sección es: “Vive con Yoga”, ahora también en familia y desde niños…
¡Que mejor legado podemos dejar a nuestros hijos!

Daksha López - Profesor de Yoga y Meditación